Tanto María Montessori como Emmi Pikler dieron valor a favorecer la autonomía del niño y trataron de poner freno, en sus centros y escuelas, a la tendencia intervencionista que las personas adultas solemos tener para con la infancia.
Devolvieron a la infancia su autonomía y su confianza en sí misma
Ambas mujeres estudiaron medicina y ambas quisieron devolver a la infancia la autonomía y la confianza necesarias para poder realizar tareas cotidianas, que normalmente son realizadas por padres o profesores o cuidadores.
Tanto en el instituto Lóczy de Budapest (casa cuna de huérfanos, llamado hoy en día Instituto Pikler) como en las escuelas de Roma, donde María Montessori pudo implementar sus ideas, los niños aprendieron en un extraordinario entorno de libertad y respeto.
Para Emmi Pikler el primer principio de su metodología es la libertad de movimiento. Para Pikler las restricciones al libre movimiento y a la exploración del entorno interfieren, dificultan, el desarrollo y el aprendizaje de los niños.
A las criaturas, desde que nacen, sin darnos cuenta, las personas adultas tendemos a limitarlas en todo aquello que hacen. Movemos su cuerpo sin pedirles permiso, ni explicarles qué vamos a realizar, las sentamos antes de que su organismo esté preparado para ello o les cogemos de la mano para que caminen cuando aún no es su momento madurativo para hacerlo.
Existen varias razones por las que, lamentablemente, de forma tradicional, damos poca libertad de movimiento a las criaturas y las sobreprotegemos:
- falta de confianza en todas sus habilidades y capacidades
- desconocimiento de las verdaderas necesidades infantiles
- prisa...
Diseñaron cuidadosamente ambientes preparados donde crecer
Tanto María Montessori como Emmi Pikler coincidieron en que es esencial preparar cuidadosamente el ambiente, el mobiliario y los materiales donde los bebés y los niños viven y crecen.
Ambientes, mobiliario y materiales que especial y cuidadosamente, ambas mujeres, diseñaron para ellos.
Según estas dos grandes pensadoras, esta es una parte esencial a la hora de favorecer su adecuado desarrollo.