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Planos de desarrollo

Adolescencia: "Enséñame a hacerlo por los demás"

El adolescente quiere descubrirse y saber para qué sirve. La adolescencia una etapa activa donde el trabajar, desarrollar sus talentos y el compromiso social, le darán la oportunidad de explorar cuál es su lugar y cómo formar parte de un "nuevo mundo" fuera del seno familiar.

El tercer plano de desarrollo en Montessori es la adolescencia, comprendido entre los 12 y los 18 años del ser humano. En esta fase ocurre la “vocación” y la “militancia”.

Cambios físicos y psicológicos en la adolescencia

En esta etapa los cambios físicos vuelven a ser intensos y están marcados por una mayor actividad hormonal, se alcanza una madurez sexual, cambian la apariencia, comienza la atracción por el sexo opuesto y están aptos para la reproducción.

Los pulmones se desarrollan más lento entre los 12 y 15 años, por lo tanto se evidencia una falta de oxígeno en la sangre, lo cual les ocasiona más cansancio y falta de energía, por lo que necesitan dormir y recuperarse. Por esta característica el ser humano vuelve a tener un período de debilidad en su salud, como lo fue el plano 0-6 años. Desde los 15 a los 18 se encuentran más aptos físicamente.

Como en los planos anteriores se dan cambios psicológicos y sociales, su capacidad intelectual disminuye, sus emociones son frágiles y volátiles, si bien no lo requiere explícitamente sigue necesitando una guía firme, el apoyo y respeto de quienes lo aman. Es muy sensible a las críticas, disminuye su autoconfianza, se cuestiona y duda de sí mismo y de otros, para el adolescente es necesario recibir contención, límites claros y que le “marquen el camino”.

Con ellos/as se puede hablar de consecuencias ya que están preparados para escucharlas y comprenderlas, es importante tener en cuenta el modo de acercamiento, que debe ser desde el amor incondicional y no desde el control y la prohibición, ya que esto generará el efecto contrario al deseado. “No me digas qué hacer”.

En relación a lo social: sienten el deseo de pertenecer a un grupo y no quieren ser dependientes de sus padres, se reúnen en grupos de acuerdo a intereses comunes, se rebelan con autoridad, buscan ídolos y héroes, se preocupan por la humanidad y el mundo que desean construir, quieren aportar y ser considerados por el entorno, ya que desde la valoración el adolescente se muestra comprometido con un propósito y es gran generador de cambios si así lo desea.

“Se están orientando y valorizando a sí mismo en la sociedad, él lo que quiere es “vivir” a la sociedad.” "Los cuatro planos de la Educación" –Conferencia impartida por la Dra. María Montessori durante el Congreso Montessori de 1938 en Edimburgo–pág. 12.

Cómo acompaña el ambiente en la adolescencia

María Montessori los llamó “niños de la tierra”, comprendió que era muy necesario fortalecer su autoconfianza, permitir que exploren su espacio personal, entender su lugar en la sociedad y en la historia, siendo un “explorador humanista”, rodeado de amor, respeto y seguridad. Propuso preparar un ambiente que tenga que ver con el trabajo, con el hacer, sobre todo con la tierra.

Consideraba que era necesario que estos adolescentes vivan en comunidad en granjas, separados de sus familias, para poder construir y producir con sus propias manos obteniendo dinero y así la independencia económica tan deseada. Al adolescente se le debe dar la oportunidad del trabajo.

Algunas de las propuestas concretas que se trabajan en diferentes lugares del mundo son el trabajo en granjas, talleres para arreglar bicicletas, carpintería, huerta y cultivo de plantas.

“Ganar dinero por su propio esfuerzo es un signo de que uno ha hecho algo útil, de otra manera el dinero solo es algo que la familia les da y se convierten en parásitos. ¿Y qué persona que se respete a sí misma quiere ser un parásito? En esta fase necesitaba tener la experiencia de ser productivo en una manera social y experimental." Los cuatro planos de la Educación, página 13

El adulto tiene la responsabilidad de ofrecerle una educación que combine lo intelectual y el descubrimiento a través de situaciones reales de contacto con la naturaleza –como mencionaba anteriormente– y con la sociedad, por ejemplo. Servicios comunitarios, teatro... A través de estas herramientas se busca la “valoración de la personalidad”, generar un plan que le permita saber hacia dónde quiere ir.

El adolescente, dependiendo también de la base que haya recibido entre los 0-6 años, es un joven muy seguro, se puede adaptar y seguir reglas porque se les pueden explicar.

“Sin embargo, nos debemos dar cuenta de que en esta etapa el niño debe continuar su desarrollo cultural, viviendo las experiencias de cualquier aspecto de la sociedad que le atraiga a través de métodos de producción, trabajo y experimento. Debe ser capaz de orientarse y crearse a sí mismo.” "Los cuatro planos de la Educación" –Conferencia impartida por la Dra. María Montessori durante el Congreso Montessori de 1938 en Edimburgo–pág. 13

Madurez: "Consciencia social y moral"

En fase adulta nos preguntamos qué vamos a aportar al mundo nos acercamos a nuestra misión de vida y a un mayor conocimiento de nosotros mismos.

La madurez es último plano de desarrollo, comprendido entre las edades de 18 a 21 años. En esta etapa contemplamos que los cambios físicos son completos. Comienzan a generarse procesos internos profundos que no son visibles, se establece la conciencia social y moral, se siente responsabilidad ante el mundo, “todos somos interdependientes y tenemos una responsabilidad con el mundo”, concepto relacionado con la educación Cósmica.

A partir de este sentimiento se pregunta: “¿Qué puedo hacer?" "¿Cuál es mi misión y tarea en este mundo para lograr esto? Busca entenderse a sí mismo, conocer sus capacidades y limitaciones, evoluciona, busca su camino a través de una relación con algo superior, espiritualidad, y su autorrealización. Elige una carrera, establece relaciones duraderas, busca educación y entendimiento cultural.

“El hombre está en una fase en la cual debe decidir por sí mismo qué tan lejos puede avanzar en la cultura que le pertenece a toda la humanidad. Sin importar lo que escoja, debe darse cuenta de que la cultura nunca termina.” "Los cuatro planos de la Educación" –Conferencia impartida por la Dra. María Montessori durante el Congreso Montessori de 1938 en Edimburgo–pág. 14.

En este punto el adulto es el eslabón para conectarlo con toda la sociedad y debe dar herramientas necesarias para que pueda seguir educándose por sí solo a lo largo de su vida, como un mentor.